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Prevención de riesgos

La importancia de la cultura de prevención

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Educar para fomentar una cultura de la prevención es educar con el fin de promover actitudes y creencias positivas acerca de la salud, los riesgos, los accidentes, las enfermedades, y las medidas preventivas y paliativas que pudieran tomarse en pos de no sufrir cualquiera de ellos.

 

¿Cómo educar para una cultura de la prevención?

Alcanzar dicho objetivo es posible, siempre y cuando el destinatario/a haya tomado esta decisión de modo consciente y bajo un verdadero compromiso. Si bien puede parecer de gusto esta aclaración, la realidad es que, si no existe este compromiso legítimo desde las organizaciones interesadas en promoverla, difícilmente puedan alcanzarse verdaderos resultados. Que todas las partes involucradas en el proceso compartan esta convicción será entonces la primera condición necesaria.

Por otro lado, es importante resaltar que lo que quiere lograrse es un cambio de creencias y/o actitudes, muchas veces muy arraigadas. Esta tarea, verdaderamente ardua, implica un abordaje integral y bien coordinado. De hecho, cuantas más organizaciones del sector la promuevan activamente, más fácil y rápido será el cambio.

La comunicación, entendida como la difusión de un mensaje claro y concreto de un modo repetitivo a través de distintos medios, canales o herramientas, facilitará lograr una reeducación en las generaciones contemporáneas y una internalización temprana en las futuras.

 

¿Cuáles son las características más destacables de la cultura de la prevención?

Podemos identificar las siguientes:
 

  • Priorizar los aspectos preventivos por encima de la protección, la cual se pone en marcha por peligros no eliminados. El enfoque preventivo actúa directamente sobre los riesgos, eliminándolos o reduciendo su peligrosidad.
  • Hacer fuerte hincapié en la importancia de la evaluación, entendida como un proceso investigativo que implica un reconocimiento de los peligros y riesgos presentes.
  • Eliminar, una vez realizada la evaluación mencionada, los peligros y riesgos detectados.
  • Aislar aquellos que no hayan podido ser anulados mediante mecanismos que actúen como barreras entre estos y quienes pudieran verse afectados/as.
  • Promover los controles periódicos, a fin de monitorear y continuar trabajando en las mejoras necesarias.
  • Resaltar la importancia del empleo de enfoques proactivos como la planificación de medidas concretas de prevención basadas en la recolección y análisis de datos e información sobre los peligros inherentes a las distintas actividades.
  • Favorecer la protección colectiva por encima de la individual.
  • Fomentar la capacitación y formación continua de quienes pudieran verse afectados/as por los riesgos.
  • Partir de la base de la importancia del conocimiento y cumplimiento de la normativa.

 

¿Cómo ser más consciente de los riesgos en el día a día?

El primer paso para ser conscientes de algo que no consideramos ni por casualidad es que nos eduquen sobre esto con responsabilidad para que podamos tomar decisiones acertadas y a conciencia, que no estén caracterizadas por el libre albedrío y el temor que causan el desconocimiento o la desinformación.

Desde el mercado asegurador deberá trabajarse, como ya se mencionó, en una comunicación coordinada y estratégica que repita constantemente y de diversos modos un único mensaje, o unos pocos que difieran entre sí pero que no sean contradictorios o generen confusión.

Respecto a las personas consumidoras, actualmente caracterizadas por una fuerte participación y rol activo en el proceso de toma de decisión para la adquisición de un producto o servicio, sería interesante que tomen una actitud responsable y consulten a fuentes de información responsables y de confianza, como podría ser asesores/as de seguros de Chubb, por ejemplo. Así, podrán resolver todas sus dudas e inquietudes.

Tomarlo como una responsabilidad de la sociedad en conjunto, aportando cada parte desde su propio lugar y conocimiento, dará lugar finalmente a una fuerte y arraigada cultura de la prevención. En consecuencia, los indicadores anuales de hechos sucedidos que podrían haberse evitado disminuirán más que significativamente.

 

El beneficio de la cultura de la prevención en situaciones impredecibles: el ejemplo de la pandemia

La pandemia ha sido un claro hecho fortuito, un suceso que irrumpió sin previo aviso afectando los más diversos ámbitos y aspectos de la vida diaria de la población a nivel global. Ni siquiera quienes más arraigada tenían la cultura de la prevención pudieron predecir lo que finalmente sucedió; si bien la humanidad ha sufrido de pandemias anteriormente, nunca con las consecuencias de hoy.

Así, una cultura de la prevención ya arraigada pudo haber facilitado lo que hemos atravesado en el último año; nos hubiera permitido contar con un mayor control respecto a los riesgos cotidianos distintos al covid-19, y adquirir una mayor capacidad de adaptación. Sin lugar a dudas, a la luz de lo sucedido, contar con una cultura de la prevención no solo fortalece a la comunidad, sino que la prepara para enfrentar riesgos aún desconocidos.

 

Un seguro es una inversión en tranquilidad

Es importante crear conciencia para que las personas conozcan y evalúen cuál es el mejor seguro para cada una. A menudo se llega a pensar que comprar un seguro no es necesario, que se trata de un lujo que solo pagan las grandes compañías, pero no es así. Un buen seguro nos protege también en lo personal, al conducir, al trabajar y en todo momento, ya que no sabemos cuándo tendremos que usarlo. Según lo que requiramos, debemos contratar el seguro que mejor se adapte a nuestras necesidades y presupuesto, así estaremos protegiendo nuestro patrimonio ante cualquier adversidad que se nos presente.

La relevancia de los seguros en Argentina se vuelve mucho más clara cuando se traducen los números y estadísticas en casos más concretos. La penetración del sector asegurador en el PIB y la cantidad de pólizas adquiridas significa que todavía una gran parte de la población está desprotegida.

De la mano de productos de calidad, debemos cerrar brechas geográficas, sociales y culturales, donde la prevención adquiera un lugar prioritario. Debemos apoyarnos en las nuevas tecnologías y generar mayor cultura del seguro, siempre con las personas como el centro de nuestros esfuerzos.

 

Principales seguros para la vida personal

Es posible adquirir un seguro para proteger y cuidar el hogar, los vehículos o las cosas que más apreciamos. Incluso, la gente que amamos o nuestro bienestar financiero.

Dentro de esta categoría, principalmente, hallamos los siguientes:
 

  • Seguros contra accidentes y de salud.
  • Seguros de autos y motos.
  • Seguros para el hogar.
  • Seguros de protección integral.

 

La cultura de la prevención en las pymes

No es raro detectar personas de gran impacto y participación en la sociedad que ignoran o subestiman la relevancia y consecuencias de la falta de una cultura de la prevención.

En las pymes, el rubro asegurador se encuentra fuertemente vinculado a, ni más ni menos, que la seguridad y protección de la integridad y salud de su fuerza laboral. Trabajar proactivamente la cultura de la prevención en este ámbito permitiría prevenir accidentes relacionados a la actividad laboral y preservar el capital humano de las organizaciones.2

Invertir en políticas alineadas con este objetivo es rentable para toda la organización. Reduce la accidentabilidad de forma sostenible, disminuye el ausentismo y aumenta el compromiso de trabajadores/as, quienes sienten que tienen valor para la organización.

Sin lugar a dudas, es necesario fomentarla para llevar a cabo una verdadera transformación cultural basada en el comportamiento. Así, las personas serán más conscientes de los riesgos y actuarán en consecuencia.

 

Preguntas Frecuentes

Podría definirse como un marco de referencia compartido que refuerza las actitudes y creencias positivas de las partes involucradas, en este caso respecto a temáticas vinculadas a la salud, los riesgos, los accidentes, las enfermedades y las medidas preventivas que podrían llevar a cabo con el fin de evitar cualquier impacto negativo en alguno de estos campos.

Promovida esta, surge en la sociedad una actitud proactiva que da lugar a comportamientos de prevención independientemente de que exista o no un desastre inminente.

 

Contratar un seguro -sin importar su naturaleza- da previsibilidad y resguardo ante hechos que si sucedieran lo harían de modo fortuito, afectando parcial o totalmente la integridad física o económica del asegurado/a.

De este modo, este/a cuenta con un respaldo que le brinda tranquilidad en el presente y futuro.

 

De qué modo y a través de qué medios invertir en una cultura de la prevención estará fuertemente determinado por el tipo de seguro sobre el cual se esté trabajando.

En términos generales, podría ser a través de piezas de comunicación; campañas publicitarias; activaciones en la vía pública; el aprovechamiento de los medios masivos de difusión tradicionales como diarios, revistas, radio o tv. También, a través de medios más modernos como las redes sociales, podcasts, canales de YouTube. De igual forma, sería positivo realizar alianzas que involucren a las instituciones afectadas por los riesgos, como pueden ser los hospitales o las escuelas, donde niños y niñas absorben rápidamente la información y la llevan luego a sus casas.

Lo importante en realidad es pensar en un mensaje simple y concreto que pueda adaptarse a distintos canales, formatos y públicos, pero que respete siempre la misma idea y persiga constantemente el objetivo de generar una cultura de prevención.

 

Promover la cultura de la prevención impacta positivamente en la disminución de los riesgos y fatalidades. Lograr un cambio en el modo de pensar y actuar garantiza resultados que perdurarán en el tiempo.

 

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